viernes, diciembre 09, 2005

LOS CIEN METROS MÁS PELIGROSOS DE SANTIAGO



Los cien metros más peligrosos de Santiago

La calle Aillavilú, donde se ubica “La Piojera”, es uno de los mayores símbolos del barrio Mapocho. Sin embargo, los últimos informes de investigaciones la califican como una de las calles más peligrosa de Santiago y centro de operaciones de varias bandas delictuales y de narcotraficantes.

Hace casi dos semanas, la fiscalía centro norte informo tener localizados y controlados los principales focos delictivos del centro de Santiago, un informe que incluso apareció en la prensa. Pese a esto, las bandas delictuales del barrio Mapocho siguen operando con total normalidad y han utilizado la pequeña calle Aillavilú como principal punto de reunión.

“¿Que miray hue..?” es la frase más usada por los residentes de Aillavilú, principalmente por los locatarios del topless y el motel. La pésima fama de la calle ha hecho que los locales pierdan todo su valor, por lo que son pocos los negocios que aún se mantienen funcionando. La desconfianza y el ambiente de tensión existente durante todo el día en el lugar, demuestra que algo no anda bien. La delincuencia y violencia de esta calle le ha significado ganarse el apodo de el “Barrio Chino”. Las cifras de carabineros son categóricas, seis de cada diez asaltos denunciados en Mapocho, ocurren en este sector del barrio. Los topless se han convertido en el escondite de muchos delincuentes, quienes generalmente después de cometer un asalto se refugian en estos lugares, donde guardan la mercancía o se cambian de ropa para no ser reconocidos.

El “lanzazo” es el tipo de asalto preferido por los delincuentes, para esto eligen lugares con poco espacio y a horas muy transitadas, las salidas del metro o esquinas de las calles son sus sitios preferidos. Su estilo es sencillo, robar y desaparecer. Los lanzas son rápidos, silenciosos y rara vez ocupan la violencia física. Están armados con cuchillos, pero sólo los utilizan para amedrentar al asaltado cuando opone resistencia o si la situación se vuelve difícil. En los últimos años no se han registrado asesinatos o heridos por la delincuencia.

Otro tipo de asalto que se ha vuelto muy común son las “achacadoras”, mujeres que seducen a los peatones pero en realidad pretenden asaltarlos, este tipo de ataques generalmente ocurre de noche y en zonas poco iluminadas. Muchas “achacadoras” son prostitutas y en el momento de atacar a sus víctimas están acompañadas por hombres que vigilan y las defienden en caso que el asaltado oponga resistencia. Carabineros ha expresado su preocupación por este nuevo tipo de acto delictual, principalmente por la participación de mujeres y al peligro que se ven expuestas, “No me sorprende, antes usaban a niños” dice el oficial de la comisaría de Santiago Central, Fernando Ruiz.


El chofer de colectivo Daniel Rodríguez trabaja en el paradero de la calle Aillavilú y comenta que las mujeres cada vez están siendo más utilizadas, “No todas son miembros de una banda, pero generalmente andan en grupo” dice el conductor. Pese a convivir día a día con los delincuentes, los taxistas prácticamente nunca han sido asaltados “No les conviene, su negocio es asaltar a los desprevenidos o personas que no son del barrio, así no los pueden identificar”, comenta el conductor Rodrigo Fuentes.

El Fiscal Andrés Baytelman realizó durante cinco meses una investigación sobre la delincuencia en el centro de Santiago, en este estudio se confirmó que Mapocho es el barrio con más delincuencia del centro y es parte del “triángulo del delito” asignación que se le hizo a los mayores focos de delincuencia. Baytelman reconoce estar impactado con el nivel de organización con que cuentan las bandas del barrio Mapocho, “En ningún otro sector se ve tanta protección entre los delincuentes”, afirma el fiscal. Al mismo tiempo se mostró preocupado por el poco control que se ha tenido sobre el barrio, “Hace algunos años la policía desbarato a la banda “La Pantera”, pero no sirvió de nada porque su legado sigue trabajando” dice Baytelman.

Pese a estar consientes del problema delictual del barrio, Carabineros de la primera comisaría de Santiago Central prefieren no referirse al tema, sin embargo, aseguran tener controladas a las bandas del barrio y están monitoreando constantemente sus movimientos con personal encubierto y la ayuda de los vecinos. El comisario Sergio Escobar Berrios cree que la solución esta en la cooperación de los habitantes del barrio, “Hay personas que encubren y protegen a los delincuentes, así no se puede hacer mucho” sentencia Escobar.

Pese a los serios problemas delictuales de Aillavilú, su principal local y uno de los sectores más emblemáticos del barrio, el bar “La piojera” se ha mantenido intacto durante años. Hubert Bernatz, actual dueño del bar, cuenta que su local no se ha visto afectado por la mala fama de la calle. Pero algunos de sus clientes han sufrido asaltos, por lo que tomaron medidas para cuidar a la clientela, “Nos hemos preocupado por iluminar el exterior del local para dar mayor seguridad a nuestros clientes”, dice Bernatz, quien agrega que La Piojera no ha sufrido asaltos en mucho tiempo, confirmando que los delincuentes del barrio no asaltan a las personas que trabajan cerca de su centro de operaciones.