martes, octubre 03, 2006

DIA DE ENTRENAMIENTO

El brutal desafio del que nos ha impuesto el 10K a los cabros, no ha podido pasar desapercibido. Las ansias de poder, la locura del dinero y la adiccion al triunfo, hacen que la sangre sherva y todos esten entrenando al maximo nivel, corriendo de madrugada, subiendo cerros, pegandole a la carne o abusando de los estimulantes y el tolueno.

Yo por mi parte regrese a mis origenes. Despues de ocho años regrese al lugar donde comenzo mi corta carrera como atleta. El gimnasio parecia no haber cambiado en nada, aun se huele el aroma a sangre y lagrimas. Los frios y humedos muros siguen intactos, acompañados de los rasguños de aquellos que no sobrevivieron las constantes y crueles masacres que se llevaban a cabo en ese lugar. Yo iba por otra razon, al interior del reciento estaba el hombre que esta buscando. Queria encontrarme con mi antiguo entrenador, el respetado cubano Peter Shawn Soto. Es dificil hablar con Shawn Soto por su espanglish, por lo que el dialogo estara escrito en ingles.

- Master Soto, i'm back.
- ¿Shaka? Shaka querido, you're alive.
- Yes master Soto. I'm not in here for my problems. Look sir, I need your help.
- Why Shaka? Why you volviste?
- I think I still got something left in the basement...
- What basement?
- In here. [Mostrando el corazón]
- I don't entiendo querido...
- I think I wanna like run. You know, nothing big. Just small things, like, local.
- What? You haven't peaked yet?
- I think i can run on the Nike 10K
- Are you fucking nuts?
- No...
- Look Shaka. To run the 10K you need stamina...you don't have it. You've also got a bad knee and a broken shoulder...
- I gonna fight Master Soto.
- Damn me gusta your actitud... I'm gonna help you son. So what we will be calling on is blunt force trauma... let's start building some hurting bombs...
De esta forma comenzo nuevamente el brutal entrenamiento. A menos de 40 dias de la batalla final. El honor, la gloria y la vida estan en juego. Son cerca de 17 horas de entrenamiento, por momentos todo se pierde y el horizonte se ve borroso. Es cuando comienzo a pensar, y recuerdo cuando la sangre se inquietaba en mis venas, y aquel verano al norte partí. Para olvidarme de mi rutina y sentirme liberado al fin. Para ver la tierra bañada de sol y respirar aire de las alturas. Llenare el cuenco de mis ojos con lo más frágil de la locura.