jueves, noviembre 01, 2007

LEGENDS V: LA CHAQUETA DE LA GLORIA

Para leer la siguiente historia, es necesario que escuches de fondo esta cancion.
El CVD es un colegio con enorme tradicion futbolistica, es la institucion con más titulos y dobla a cualquiera de sus escoltas. ¿Razones? Numero de alumnos, historia pero por sobretodo la garra y amor a la camiseta que poseen sus jugadores. Y estas capacidades se veían reflejadas más que nunca en los campeonatos de baby futbol de generaciones, partidos a muerte, donde lo más importante era el honor.
Corría julio de 2001 cuando tocaba jugar el Baby de los segundos medios. Nuestra generacion era un duopolio futbolistico, compuesto por el "A" (mi curso) y el "B", aunque ellos tenian muchisimos más jugadores y de mejor nivel. Pese a esto, los partidos siempre fueron muy disputados y las estadisticas nos favorecia levemente a nosotros. Para este campeonato llegabamos sin dos de nuestras principales figuras (no digo sus nombres para que no se crean el cuento) y bastante diezmados por las sensible bajas de Chico Juaco (recientemente alejado del colegio) y Nigga, quien había anunciado su retiro permanente de la actividad. Además, el curso aun no conocía el talento de un joven Guido Albornoz.
Ese viernes, el segundo A debutaba contra el D, rival bastante accesible. Los Rojos entraban con el eficiente Pavo Wolleter, el experimentado Juan Rivas, la garra de Pedro Covarrubias, el goleador Sebastian Montero y el historico Ignacio Morgan. ¿En la banca? NADIE, ni para eso teniamos plantel, pero si una numerosa barra (seis weones..). Ese gimnasio era una caldera, los demás cursos contaban con grandes planteles y el curso completo apoyando a sus jugadores. Pese a eso nos impusimos muy comodamente en el debut, nuestro equipo no estaba completo pero jugaba muy bien, nos conociamos de memoria y eso en el baby es fundamental. Como era de esperar, el B tambien ganó en su debut -con una goleada de proporciones- y antes de la final se jugaría el tercer y cuarto lugar, instancia en la que nos reunimos como equipo y salimos a recorrer el colegio caminando, para relajarnos un rato.
Me detuve un rato en el patio grande del CVD para pensar y relajarme un poco. Entre el silencio y la oscuridad del gigantesco recinto logre escuchar los ecos y los gritos de aquellos que no sobrevivieron a la represion y se durmieron esperando un futuro mejor (saaaa....), mientras el resto de mis compañeros saqueaban una sala. Durante mi meditacion escucho a la distancia "Cachen! Un bolso de gimnasia". La mochila no tenia nada de valor, sólo una chaqueta, pantaolnes y unas zapatillas de lona. Faltaban 25 minutos para la final, tomamos el bolso y fuimos al camarin, ahi comenzaba la ultima arenga previa al partido, lejos la más importante.
Reunidos en circulo comenzamos a alentarnos para la batalla que saldriamos a dar en breves minutos. Sabiamos que la victoria era dificil, casi imposible. Incluso cuando el B jugaba con "reservas" nos costaba ganarles con nuestra mejor gente, de sus 40 alumnos, 36 jugaban futbol y 20 eran de un altisimo nivel. En sus filas se encontraban jugadores historicos del CVD como Lavin, Santolaya, Valdivieso y Chepa. Pero daba lo mismo, en el fondo estabamos confiados, lo unico seguro era que en esa cancha lo dejariamos todo y nos matariamos en cada pelota. Ahi comenzaron las inolvidables frases para el bronce:
- Diganme, ¿Alguien pensó que llegariamos tan lejos?
- (General) "Puta yo si"
"Si yo tambien"
"Claro que si weon, no hablis weas"
"Obvio weon, nunca lo dude"
- Mmm.. Filo. ¿Piensan que la gente de nuestro curso cree en nosotros?
- (General) "Puta obvio"
"Creen en nosotros weon, no seai mala leche"
"Obvio que creen weon, dejenlos tranquilos!"
"No son weones tampoco"
- Ya weon vayanse a la chucha, no los sigo arengando más. ¡Miren! esa chaqueta... HAGAMOSLA MIERDA
Ahi empezó la brutal destruccion de la chaqueta, pantalon y bolso completo. Los gritos de desesperacion eran oídos a varios kilometros del camarín, el cual llegaba a temblar. Cuando no quedaba ni la más pequeña parte del uniforme por destruir surgió otro grito, este fue aún más polemico "HAGAMOS MIERDA EL CAMARIN!". Y asi fue, en cuestion de segundos los WC, lavamanos y meaderos volaban por los aires. En medio de ese ambiente salimos a la cancha. La puerta sur del gimnasio explotaba y aparecian los cinco guerreros. Nadie de los presentes en el gimnasio se intimidó ni nada, sólo pensaron "¿Que tomaron estos weones?".
Esa arenga fue clave para el desarrollo del partido. En un encuentro que ni Dios se explica, logramos ganarle al B por un impresionante marcador de 8-2. Fue un partido durisimo pero sin peleas ni nada (eramos todos amigos), pero donde prevaleció la pierna fuerte y el talento. Toda la garra, el aguante, el amor propio explotó al maximo en nosotros por esos 50 minutos y finalmente nos dió la victoria y la ovación de los seis pelagatos que llegaron a alentarnos.
En que estuvo el tramite del partido es algo que nunca se podra explicar. De hecho, en la semana del colegio de ese año jugamos ambos equipos con todos los titulares y perdimos sin apelación. Ese fue el ultimo campeonato de baby entre la generacion, al otro año se transformó en el inter-electivos, donde A y B estaban juntos y el "Letras" -nuestro equipo- era sencillamente invencible.
Todos las personas que juegan al futbol lo saben, (y si tu no lo haces pregunta) no hay mejor triunfo que aquel donde se gana metiendo huevos. Y no hay mejor momento que cuando te vay a duchar o estas echado en tu cama con las piernas desechas, heridas varias, y el cuerpo en general totalmente hecho mierda y empiezas a pensar si valió la pena y del fondo aparece una voz que dice "Puta que lo valio".
Dedicado a mis compañeros de equipo de aquella noche.