sábado, abril 26, 2008

El sacerdote que se convirtió en Presidente

Después de 61 años de mandato, el Partido Colorado de Paraguay fue derrotado en las elecciones presidenciales por el ex sacerdote Fernando Lugo, candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio, quien el 15 de agosto asumirá el puesto dejado por el presidente Nicanor Duarte.

El ex obispo Fernando Lugo fue electo como nuevo Presidente paraguayo tras adjudicarse las elecciones realizadas el domingo. El líder opositor se impuso con un 40,8% sobre Blanca Ovelar, la candidata oficialista, que obtuvo el 30,8% de los votos. Con este resultado se acaba la hegemonía de 61 años del Partido Colorado-Asociación Nacional Republicana (ANR) y además el MERCOSUR quedó sin gobiernos de derecha.

“Les pedimos que nunca nos dejen solos, la democracia la haremos juntos” fueron las primeras palabras del nuevo presidente paraguayo después de conocer los resultados de la histórica votación. Lugo (49 años), quién lideró un movimiento denominado Resistencia Ciudadana que logró reunir a más 30.000 personas para pedir el juicio político del presidente Nicanor Duarte, ya que consideraban que había violado la Constitución, abandonó completamente sus funciones como obispo el 29 de marzo del año pasado, para convertirse en el candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio, agrupación que reúne diversos partidos de oposición. Pero su vinculación con la izquierda se oficializó recién en septiembre del año pasado, ya que anteriormente se declaraba como un candidato de centro para evitar ser etiquetado políticamente.

El ambiente que rodeó las elecciones presidenciales de Paraguay fue bastante tenso. Incluso las tropas del ejército fueron acuarteladas días antes para garantizar la seguridad de los comicios. El gobierno del Presidente Nicanor Duarte –quien tendrá que entregar el mando el 15 de agosto- no estuvo exento de polémicas, partiendo por ser el primer mandatario del país que no ejerció la religión católica romana. Pero sin duda la más grave sucedió en marzo de 2006 cuando la
Corte Suprema de Justicia de Paraguay, le permitió ejercer la presidencia del Partido Colorado y al mismo tiempo ser Presidente de Paraguay, hecho que estaba prohibido constitucionalmente. Lo que provocó una grave crisis interna y la furia de los partidos de oposición. Y es en este contexto donde aparece la figura de Fernando Lugo, que además de ser un fiero opositor de Duarte fue quien lideró las manifestaciones en su contra. Gracias a esto, su popularidad fue creciendo en las encuestas y la opción política del –hasta entonces- obispo crecía bastante.

La carrera eclesiástica de Fernando Lugo comienza a principios de 1970 cuando ingresó al Noviciado de Misioneros del Verbo Divino, donde siete años más tarde se ordenó como sacerdote. Sus primeros acercamientos con la política los vivió en 1984 cuando viajó a Roma para estudiar la carrera de sociología. Pero su acercamiento más concreto al servicio público ocurrió diez años más tarde cuando fue nombrado obispo de San Pedro, la región más pobre de Paraguay. En esta situación extrema fue que conoció las necesidades de la gente y las pésimas condiciones en que se encontraban las regiones del país.

Su relación y alejamiento de la iglesia han sido un tema de constante polémica, donde el Vaticano es uno de los principales detractores. Incluso, el año pasado fue sancionado por el mismo Papa Benedicto XVI con la suspensión “A Divinis”, por negarse a abandonar su participación en temas políticos y dejar de lado sus obligaciones como Obispo. Pero a comienzos de 2007, Lugo había solicitado a la Santa Sede la autorización para volver a ser laico y poder participar en las elecciones presidenciales, ya que la constitución paraguaya inhabilita a los religiosos para poder ejercer la Presidencia o la Vicepresidencia del país. Dicha solicitud fue rechazada, y ante su insistencia el Vaticano decidió sancionarlo.

La victoria de Fernando Lugo además de terminar con el último gobierno derechista de la región, aparentemente también estaría constituyendo un nuevo simpatizante para el mandatario venezolano Hugo Chávez, quien manifestó su deseo de reunirse lo antes posible con el ex obispo.

Considerando esto vemos como los gobiernos socialistas o de izquierda se han convertido en una tendencia concreta para toda la región. Y nuevamente la figura de lideres carismáticos y cercanos al pueblo logran derrotar a los políticos tradicionales. Si bien Paraguay no representa un mayor peso político en la región, el tema de las papeleras en el río Paraná, los constantes escándalos de corrupción y las crisis de un estado que parece inestable son desafíos bastante grandes que Fernando Lugo tendrá que asumir.

Las elecciones paraguayas contaron con cerca de 2,8 millones de votantes, quienes terminaron con los 61 años de hegemonía del Partido Colorado, la agrupación política con más años en el cargo de toda la región.

1 Comments:

Blogger imm16 said...

esta nota la publique el lunes pasado, por eso hay algunas referencias a fechas desfazadas.

slds

3:29 p. m.  

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