El sacerdote que se convirtió en Presidente
El ex obispo Fernando Lugo fue electo como nuevo Presidente paraguayo tras adjudicarse las elecciones realizadas el domingo. El líder opositor se impuso con un 40,8% sobre Blanca Ovelar, la candidata oficialista, que obtuvo el 30,8% de los votos. Con este resultado se acaba la hegemonía de 61 años del Partido Colorado-Asociación Nacional Republicana (ANR) y además el MERCOSUR quedó sin gobiernos de derecha.
“Les pedimos que nunca nos dejen solos, la democracia la haremos juntos” fueron las primeras palabras del nuevo presidente paraguayo después de conocer los resultados de la histórica votación. Lugo (49 años), quién lideró un movimiento denominado Resistencia Ciudadana que logró reunir a más 30.000 personas para pedir el juicio político del presidente Nicanor Duarte, ya que consideraban que había violado la Constitución, abandonó completamente sus funciones como obispo el 29 de marzo del año pasado, para convertirse en el candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio, agrupación que reúne diversos partidos de oposición. Pero su vinculación con la izquierda se oficializó recién en septiembre del año pasado, ya que anteriormente se declaraba como un candidato de centro para evitar ser etiquetado políticamente.
El ambiente que rodeó las elecciones presidenciales de Paraguay fue bastante tenso. Incluso las tropas del ejército fueron acuarteladas días antes para garantizar la seguridad de los comicios. El gobierno del Presidente Nicanor Duarte –quien tendrá que entregar el mando el 15 de agosto- no estuvo exento de polémicas, partiendo por ser el primer mandatario del país que no ejerció la religión católica romana. Pero sin duda la más grave sucedió en marzo de 2006 cuando la Corte Suprema de Justicia de Paraguay, le permitió ejercer la presidencia del Partido Colorado y al mismo tiempo ser Presidente de Paraguay, hecho que estaba prohibido constitucionalmente. Lo que provocó una grave crisis interna y la furia de los partidos de oposición. Y es en este contexto donde aparece la figura de Fernando Lugo, que además de ser un fiero opositor de Duarte fue quien lideró las manifestaciones en su contra. Gracias a esto, su popularidad fue creciendo en las encuestas y la opción política del –hasta entonces- obispo crecía bastante.
Las elecciones paraguayas contaron con cerca de 2,8 millones de votantes, quienes terminaron con los 61 años de hegemonía del Partido Colorado, la agrupación política con más años en el cargo de toda la región.