Habia sido una noche dura. El olor de la pieza y las aterradas caras de las minas que residian en nuestra casa lo demostraban. Eran cerca de las seis de la tarde y nadie lograba ponerse en pie, todos estaban destruidos. De improvisto, Rho entra a la pequeña habitacion, venía de hablar por telefono.
- Era Chico Juaco. Vamos a jugar una pichanga a las siete en Costa Cachagua
- ¿Contra quienes?
- Mmm no cache bien. Necesitamos a cuatro. Cerda, Nigga y Pato ya vienen en camino.
La mayoria de los presentes estaban expectantes por el partido pero en el fondo sabian que no estaban en condiciones de jugarlo. Mire a mi alrededor y me preocupe bastente, a excepcion de Gio -que estaba inconciente- NADIE jugaba futbol. "Rho, tenemos que hablar" dije mientras me ponia de pie. Él estaba tranquilo, era el unico que no podia jugar porque estaba lesionado, no compartía mis temores.
- ¿Vo estay loco weon?
- ¿Que te pasa chuchetumadre?
- No estamos en condiciones ni de pararnos y vo aceptai jugar un partido. ¡Mira a Gio weon!
- Ah no te preocupis. Acuerdate que jugan Pato, Juaco y el negro tambien.
- Vo carretiaste anoche con ellos y sabis como quedaron... Pico, voy a ir a dar la pelea nomás.
- Relajate. Son amigos de Chico Juaco, seguramente estan en nuestras mismas condiciones -decía mientras yo trataba de levantar a Gio.
Llegamos a la cancha cerca de las 19.30, atrasados obviamente. En la cancha se encontraban Juaco y el Negro, del otro lado de la cancha nuestros rivales: diez weones con uniforme y canilleras. En la media hora de retraso habian estado calentando y mentalizandose en el partido. Se notaba que era un equipo que llevaba años jugando juntos, habian participado en más de una liga y estaban en optimas condiciones fisicas, todo lo contrario a nosotros. Incluso ninguno de los nuestros andaba con zapatillas de baby o algo parecido
La situacion era critica. Me acerque a Juaco -gran jugador- para comentar lo que se venia. Queria saber cuantas posibilidades de ganar teniamos "Practicamente ninguna" fue su seca respuesta. El partido estaba por comenzar, el rival se impacientaba mientras nosotros todavia no sabiamos ni para que lado atacabamos. Un segundo antes del pitazo inicial escuchamos a lo lejos el inconfundible ritmo de Don Omar y las bases unicas de Elier, hacía su aparicion el ultimo integrante de nuestro equipo: Cerda y su radio repleta de reggeaton. Nos motivamos como nunca. Alineabamos con Gio y Nigga atras, Cerda conmigo al medio y arriba Chico Juaco. Comenzaba el partido y entrabamos a dejarlo todo y morir en cada pelota... pero a los 15 minutos ya perdiamos 7-0.
Los rivales tenian un nivel normal, no eran la gran cosa. De hecho, para que la mayoria hayan sido seleccionados del ______ (conocido colegio) su juego era una verdadera mierda. Tenian un weon firme atras, otros tres jugadores que corrian todas y un "talentoso" al medio que se autodenominaba el MAGO, un gil que trataba de derrochar talento pero era ridiculo. Llevaba la 10 en la espalda y daba pases sin mirar (que nunca resultaban) y usaba extraños amagues donde generalmente pisaba la pelota y terminaba en el suelo. Este jugador le gustaba quebrarse y lanzar comentarios al aire burlandose de nosotros, no sabia lo que le esperaba. Ademas, tenian un refuerzo en su arco: nuestro compañero Pato, que ese dia lo estaba tapando todo. Ojo, era primera vez en su vida que jugaba futbol y por supuesto, su debut en el portico.
El entretiempo fue una bendicion para nosotros. El bidón de agua bajo en cosa de segundos. Nos concentramos en el juego y decidimos dar vuelta la situacion. "Una wea es perder, pero estas maracas nos estan humillando!. Tenemos dos opciones: entrar a ganarles o entrar a pegarles y sacarles la chucha. Yo opino que optemos por las dos", despues de estas palabras nuestra actitud cambio. Entramos a la cancha completamente transformados, y hubo una jugada determinante en la historia del partido: el mago recibio una brutal patada en el hocico, seguido de un "parate maraca conchetumadr..", el golpe al jugador rival fue un envión animico impresionante para nosotros. Comenzamos a tocar y darles un baile en la cancha, llegaron los goles y los lujos. Las rabonas, caños y jugadas de fantasia abundaban en la cancha del exclusivo condominio. Por fin aparecia el talento de Juaco, la tecnica de Negro Diaz, la velocidad de Cerda, el sacrificio de Gio y yo aportaba con mi experiencia. En base a la garra y lucha que habiamos puesto en esa cancha rapidamente empatabamos el partido a siete goles. Ahi los rivales comenzaron con el clasico "Oigan y si quedamos empatados noma?", "¿Sera necesario seguir jugando?", "Los dos equipos somos igual de buenos!", nuestra respuesta fue un corto y preciso NICAGANDO, esto se termina hoy. Los teniamos. Era cuestion de minutos para que dieramos vuelta el marcador y nos burlaramos en sus caras. No les cabia en la cabeza que su equipo de liga estuviera recibiendo un baile por parte de seis jugadores semi ebrios y que jugaban totalmente para weviar y pasar el rato, nuestro equipo era una fiesta al ritmo del regeaton del 206 de Cerda... ellos se destruian a puteadas.
Quedaban como doce minutos (jugabamos dos tiempos de 25). Gio había marcado el empate, agarro la pelota y la puso en la mitad de cancha para apurar el juego del rival. "Jueguen po maracas cu...!" gritaba mientras la contra se miraba desconcertada. Llenos de miedo juegan hacia atras, un defensa lanza un centro cruzado que intercepto facilmente y le paso la pelota al Nigga, quien elude un par de rivales y cede para Cerda el que queda a pocos metros del arco y en inmejorable posicion. Es gol casi seguro, Pato esta tirado, Cerda esta listo para convertir y darnos el triunfo... pero el partido se detiene por un ruido ensordecedor. Un especie de explosion remece la cancha y varios jugadores caen al suelo mientras los demás nos mirabamos sin entender que pasaba. El partido estaba parado obviamente y el silencio es sepulcral. Pero todo se interrumpe por un fuerte grito que repetia desesperadamente "¡¡MI AUTO!!, ¡¡MI AUTO!!". Una pelota de golf de algun imbecil habia caido en pleno parabrisas del yaris de un jugador rival, obviamente destruyendolo por completo. La ira y locura se apoderaron del weon, quien gritaba y le pegaba a todo lo que se le cruzara buscando explicaciones de como tanta mala suerte. No habia garantias, el partido tenia que suspenderse. Empatamos, asi de simple.
Siempre soy muy serio para diferenciar un partido importante -u oficial- de una pichanga de amigos. Pero ese partido fue una lucha, no habia weveo, todo fue por orgullo. En mi vida he ganado varios titulos ya sea con Racing, Avellaneda, Astor u otros equipos, pero nunca habia disfrutado tanto un victoria como la de ese dia. Aunque haya sido un empate, sentir esa elusiva victoria interna, la sensacion de obtener un triunfo moral porque en la cancha se dio todo y se lucho como nunca es algo que muy pocos logran obtener y te hacen sentir un orgullo tremendo pase lo que pase.
El partido habia concluído por completo. Ellos se puteaban, nosotros NO celebrabamos ni nos felicitabamos. Sabiamos que era un misero partido, nada más. Tomamos agua, por ahi salia una que otra talla sobre el partido. Hablamos de la noche anterior y planeamos que hariamos esa noche. Despues, cada uno para su casa, nos reuniriamos en algunos horas más. Mientras nos retirabamos escucho una voz que gritaba reiteradamente mi nombre, era el -autodenominado- Mago
- Morgan! Morgan! ¿Intercambiamos camisetas?
Lo quede mirando algunos segundos para responderle tajantemente
- Pudrete weon...