Como dice el titulo: Yo pelie en todo vale. Aunque les paresca increible e inesperado la historia es cierta, totalmente confidencial y hasta hoy la sabian cinco personas -ninguna de mi circulo más cercano- y los espectadores que se dieron cita esa noche en el centro de Santiago.
Esto ocurrio en mayo de 2005, se podria decir que en los ultimos meses de la epoca que literalmente la rompia. Estaba saliendo de entrenar Hapkido y noto que mis compañeros comentaban un tema algo callados y me llego la invitacion a participar de unas peleas de todo vale que se realizaban todos los jueves en la noche. No se el por que ni como, pero sin dudarlo un segundo acepte. Hay mucha ignoracion acerca del "todo vale", la gente -donde hace algunos años me incluia- piensa que es una carniceria, donde encierran a dos weones en una jaula para que se hagan mierda y todo puede pasar, pero no es asi. Al menos en este club de todo vale (ubicado relativamente cerca del mitico club Mexico) hay reglas y arbitros. Una de estas me perjudicaba fuertemente: se prohibian las llaves, luxaciones, ataque a puntos de presion y por supuesto las fracturas, en otras palabras mi Hapkido no servia.
Este estilo de todo vale se centra en el combate de luchadores expertos o conocedores de varias artes marciales. Por ejemplo, en un campeonato de Karate no se pueden ocupar tecnicas de Tae kwon do por ejemplo, ya que no reciben puntos e incluso se arriesga una descalificacion. De ahi se deriba el termino de todo vale o vale todo, no es que se pueda exterminar al oponente, aunque claro, algunos clanes de enfermos lo hacen asi. Preferia que hubiesen reglas, habia participado en varios campeonatos de karate, por eso estaba medio acostumbrado al sistema, ademas nunca he sido bueno maleteando.
El ambiente en los camarines y recinto (un ring con poca luz y unas graderias) era bastante bueno, la mayoria de los peleadores eran buena onda y nunca me senti amenazado o intimidado por este entorno. Estaba muy nervioso y en el fondo cagado de miedo, mi mayor temor era toparme con alguno de los hermanos Martinez, pero me aclararon que ellos no competian en este club, una preocupacion menos. Mi ansiedad por subir al cuadrilatero aumentaba mientras calentaba, aunque me sentia muy bien fisicamente, mis nervios disminuian, sabia que podia hacer algo importante esa noche. Pero derrepente todo cambio, mi compañero de escuela que me llevo a las peleas (y dos grados mayor que yo en Hapkido) habia sido rapidamente derrotado y salia del ring con la cara hecha mierda. Arruge como nunca, pero no pesque. Me llaman, es mi turno de subir. Entro con la parte de abajo de mi kimono, mi cinturon rojo y una musculosa blanca, comence a moverme para conocer el cuadrilatero cuando sube mi rival. Imaginense un clasico guardia de disco: medio rapado, candado, como de mi porte y grande para los lados. Sus estilos eran full contact, choy le foot y Iaido, lo que era bueno, ya que mi temor era enfrentar a Taekondistas (son muy rapidos) o Ju Jitsu, por sus excelentes tecnicas de agarres. Me acomodaba, seguramente era lento e inutil. "Buena suerte compadre" me dice, muy buena onda el weon, pero la pelea iba a comenzar.
Suena la campana, un asalto unico de diez minutos -los cuales nicagando duraba- este weon se me tira (con una especie de tacle) directo a la cintura logrando agarrarme, contesto con un codazo a la nunca y me gano la primera gran puteada del arbitro "Una más y te bajai chuchetumadre!", mientras discutia con el referi me llega una fuerte patada en el hocico y un precioso gancho al torax. Afortunadamente no me marea ni nada, ademas el golpe me sirvio para soltarme, esta wea no era un juego y tenia que pelear con todo. Me dedico a esperarlo, era rapido pero predecible, me tira un directo a la cara, lo esquivo y ataco con una doble patada a las costillas y columna, para terminar con un suki invertido a la cara, pero mis golpes no le hacen mucho daño, tengo ganas de ocupar extrangulaciones pero el arbitro me va a cagar. Habia algo que me favorecia: sus patadas eran lentas y debiles, podia recibirlas sin problemas, lo que me facilitaba atacarlo con tecnicas de brazos que rara vez lo herian de gravedad. El weon esta sangrando bastante, yo hasta el momento nada, pero estoy bien mareado porque me llegaron dos excelentes golpes al cuello, han pasado casi tres minutos y como Rocky solo espero la campana o que me llege un golpe al mentón y quede inconsiente, ademas, he hecho un papel bastante digno. La pelea se calma un poco, los dos estamos hechos mierda. Estoy seguro que le he roto varias costillas, pero aun se mantiene en pie como si nada. Mi cadera no da más y las piernas las tengo destrozadas, he recibido patadas sin mucha fuerza, pero han sido muchas y el desgaste me tiene mal. Mi polera tiene mucha sangre, a esa altura no se si es mia o del rival, apenas se donde estoy asi que no estoy en condiciones de meditar sobre ese tema. Mi unica opcion es nockearlo luego o simplemente voy a morir de un paro cardiaco.
La pelea llega a su climax, logro esquivarle un suki y respondo con una proyeccion que lamentablemente me falla y este weon queda en mi espalda y listo para darme el golpe de gracia... "Gracias gil reculiao!" grito, el weon habia caido en mi trampa y sin que cachara le conecto una precisa Ushiro geri en pleno mentón. El enorme weon cae -segun yo inconsiente- y dudo que vuelva a pararse. Me acerco a rematarlo o simplemente para esperar el conteo. Pero en mi distraccion mi rival se para y sin darme cuenta me pega una -en buen chileno- patá en locico, por el golpe y la impresion caigo y me hago mierda la muñeca, y cuando iba a pararme recibo un perfecto upper con lo que vuelvo a caer. Estoy tirado y semi inconsiente, me paro cuando el conteo iba en cuatro, pero el arbitro pide conteo de precaucion y da por terminado el combate a los 06.18 minutos. Sinceramente podia seguir peleando, pero el referi dijo otra cosa.
Mi rival se me acerca y agradece por la pelea "Vamos por unas chelas ahora, queri ir?", agrega, cuando acepto por fin se que el weon se autodenomina Byron y tiene 28 años. Mientras vamos al camarin me dice "Si no hubierai estado paveando me habriai ganado weon, por gil te pasó". Me encuentro con mi compañero quien tambien me felicita e invita para el proximo jueves, le respondo con un rotundo: "Nicagando, nunca más... y por favor, que esta wea nunca se sepa", y asi fue... hasta hoy.
La enfermedad que afecta a Mauricio Pinilla, delantero de la Universidad De Chile, ha causado fuerte impacto en los hinchas y opinion publica. Mientras el jugador que marcó tres goles durante sus cinco años en Europa se desmarca de su enfermedad con atinadas declaraciones y carretes en el Liguria y Sala Murano, yo queria contarles que este padecimiento es de lo más normal -sobretodo en los jovenes- y al parecer, algun dia me afecto a mi. Esto es real.
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